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viernes, 22 de mayo de 2009

EL NIÑO PODRIDO DE LA JUNGLA PASA DE TODO

El niño podrido de la jungla pasa de todo
Philip José Farmer





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Si William Burroughs, en lugar de Edgar Rice Burroughs, hubiera escrito las novelas de Tarzán...
Grabaciones cortadas y remontadas al azar por Ramaenrama Bruce, el viejo chimpancé narco, el tonto del culo, compinche del Niño, lívido y frío en la caja orgónica.
del discurso en el Parlamento de Lord Greystoke, alias el Niño Podrido de la Jungla. a salón lleno, con gente de pie incluso, y el Niño metiéndoselos realmente a todos en el bolsillo.
–¡Pelmazos capitalistas! ¡No me enviéis más ayuda a los subs!. Estáis corrompiendo a mis simples chicos negros, se pasan todo el día conduciendo por las viejas plantaciones a lo largo del río Zambeze en Cadillacs con aire acondicionado, dándole al caballo, meneando a los ubangi contra mí.. Buana aún no ha caído de morros al suelo pero tan seguro como la mierda que va a hacerlo pronto. ¡Dadles M–16, tanques, morteros, lanzallamas para abrirse camino por los senderos de la jungla, tal como el tipo Ojos–rasgados Mao nos prometió!
»¡Caballeros, señoras, tercer sexo! Os hablé de la apeomorfina, pero no me escuchasteis! Os dije que habíais invertido demasiado en la Mafia y en la General Motors, os dije que debíais patear también vuestro hábito del dinero. Buscad el verdor, liberad vuestras espaldas..., no tenéis nada que perder excepto vuestras cadenas, es decir vuestros valores inmobiliarios, vuestros bonos, castillos, Rolls Royces, putas, papel higiénico perfumado, vuestra conexión con El Hombre... Es un largo camino hasta la jungla, pero vale la pena, edificad vuestros músculos y vuestro carácter corte/
–¡...me habéis llamado aquí y me habéis pagado todos los gastos para degradarme humillarme arrancarme mi taparrabo y mi antiguo y honorable título! Me odiáis porque estáis colgados de la civilización y yo nunca me he dejado atrapar por ella. Estáis sentados sobre un barril con autopistas llenas de smog y televisión y playas invadidas por el petróleo e impuestos y alimentos congelados y despertadores y. productos cancerígenos y corbatas y toda esa mierda. Llamadme noble salvaje..., yo os diré cómo es eso con mi personal purusharta tarzánica..., implica abrazar el dharma y el artha y aferrarse al mohsha a través del kama...
El viejo Lord Bromley–Rimmer que lleva una peluca de vello púbico sobre su calva cabeza y tiene un pajarillo y unas bolillas arrugados como pasas de Corinto rematando una peluda serie de pliegues de aspecto más bien desagradable agarra la entrepierna de Lord Materfutter y dice:
–¡Chaval, vaya tipo de tonta jerga africana, vete a saber, ¿quién sabe?
–...y ellos, los jodidos árabes, se largaron de nuevo con mi Jane..., un complot de los banqueros venusianos comunistas intersolares..., así que vuelvo de nuevo a mi jungla a patearme otra vez mis senderos arbóreos a través de las chorreantes frondas, encontrarme con Numa el león, patear las civilizaciones desaparecidas, contarle mis problemas a Sam Tantor alias el Niño Colalarga. El viejo Sam siempre escribiendo enmiendas a los protocolos de los antiguos de Marte, hundiendo su trompa en la sangre de inocentes espectadores, escribiendo enmiendas en la arena con sangre y sin nadie que pueda leer lo que ha escrito allí con
»Yo, el único jodido hombre libre del mundo..., viviendo en un estado de anarquía, arriba en los árboles..., con todos los críos y críos adultos (o así se llaman) soñando con el Viaje del Gran Arbol, con las colgantes lianas, con la libertad, con vivir con el cuchillo a la cintura y el nunca escrito código de la jungla...
El viejo morfodita Lord Bromley–Rimmer dice:
–Querido, esa Anarquía, ¿se refiere a las nuevas naciones africanas o qué?
El Niño Podrido de la Jungla aullando en la Cámara de los Lores como si estuviera aullándole al viejo Sam Tantor para que acudiera corriendo a ayudarle a salir del lío tirando realmente de los fláccidos colgajos de sangre azul.
–...he conseguido el satyagraha en el viejo sentido original sánscrito de apuntar directamente al culo, gordos maricas. Abandono. Chao. Vuelvo al Continente Negro..., los jeques del desierto se largaron de nuevo con Jane..., va a correr otra vez la sangre...
Fundido. La fantasmagórica imagen de una erección de Lord Materfutter, el resuello paregórico de una respiración.
–¿Qué chorradas está diciendo ese macaco con el suspensorio de piel de leopardo acerca del precio de la gloria? corte/
Estos son los extractos del diario de John Clayton que escribía en maldito francés sólo Dios sabe por qué... Sacre Bleu! Nom d'un con! Alice muerta, ¿quién va a soplarme el pito ahora? El chico gritando hasta reventar, por supuesto no se parece en nada al vástago de bien modelados rasgos y pelo negro y ojos grises de una noble familia británica que vino aquí con WilIie el Bastardo y esos imbéciles cabezascuadradas de estirpe anglosajona. No más leche para él no más culo para mí, llevadme de vuelta al viejo Norfolk / / doble corte
Esa Cosa Goriloide que trastea en el cerrojo de la puerta de la vieja cabina de troncos que John Clayton construyó con sus propias manos. Ojos lanzando puñales a través de la ventana. Rojos como dos diamantes en el culo de un sodomita. John Clayton saliendo fuera con una gran hacha dispuesto a rebanar algo de buena madera antropoide.
Enormes garras peludas fuertes como baluartes firmes como las de un yonqui lanzando a Clayton de un lado para otro. Un aliento hediondo. Como si estuviera quemando pieles de plátanos. ¡Flash! ¡Flash! El Gorila Exprés bombeando túnel arriba por mi recto. Las almorranas estallan como tomates podridos, suaves gemidos, casi suspiros. La muerte acudiendo. Y acudiendo. Y acudiendo. Deslumbrantes orgasmos sangrientos. No es una mala forma de terminar..., pero no puedes tocar mi inviolada alma blanca... ¿demasiado tarde para hacer un trato con la Cosa Goriloide? Llévate a mi pequeño, Jaguar, castillo fosado, viejo y fiel servidor de la familia, llévatelo contigo..., ma tante de pisse... ¿quién cuidará del bebé, transmisor del nombre familiar? Vive la bougerie! corte/
Veinte años más tarde, dos años más, dos años menos, el Niño Podrido de la Jungla sigue el rastro del asesino de la Gran Mamá Mono que lo arrancó de su cuna y lo crió como si fuera suyo con disciplina y seguridad y cálidos recuerdos de peludas tetas y caliente leche no pasteurizada..., el Niño se balancea colgado de lianas de árbol en árbol, más rápido que la mierda de babuino pasando a través de un embudo de estaño. Hordas de hormigas lo blitzkriegizan como guerrilleros de la jungla profunda, rojas cosas insectoides que son los pensamientos exteriorizados de la monstruosa Madre–Hormiga de la Nebulosa del Cangrejo en guerra secreta para apoderarse de su pequeño planeta, esa Peoria de la Tierra.
El mono que lleva sobre su hombro, Nkima, se come las rojas cosas insectoides, engulle millones de ellas con un solo movimiento de su tracto digestivo, y la Madre–Hormiga cierra por este día su tienda galáctica..
El Niño echa su lazo corredizo en torno del asesino culonegro de su madre y lo iza por el cuello hasta hacerlo pender del árbol frente a Dios y a los ciudadanos locales que se llaman gomangani en dialecto simio.
–Has ido demasiado lejos esta vez –dice el Niño mientras le arranca el agujero del culo al asesino de su madre con el viejo cuchillo de caza de su padre al tiempo que lo sodomiza a la antigua manera turca mientras el asesino de su madre se agita y se agita en la agonía de la muerte.
Como metal fundido el hijoputa congoleño eyacula girándolamente sobre los gomangani locales, que exclaman:
–¡Hey, mirad eso!
El viejo yonqui del doctor brujo escupe sus pulmones a golpes de tos en la sucia y enfermiza mañana gris africana, arrastrando los pies a través del plateado polvo del viejo kraal.
–¿Decís que mi hijo ha muerto despanzurrado por el Niño?
Los tambores de la jungla baten como las viejas sienes de un borracho a la mañana siguiente.
¡A la caza del blanco!
El Niño, conocido a veces como Genocida Jim, liquida realmente a aquella estúpida mierda de gomangani. Naturalmente es una lástima desperdiciar tanta carne negra, dice el Niño, pero así es el código de la jungla. Noblesse oblige.
Los nativos dicen:
–Ya estamos hasta los cojones de toda esta mierda –y se largan. El Niño se queda pues sin diversión, y el culo de su chimpancé es demasiado pequeño, sin mencionar la costumbre de los chimpances de cagarse cuando les viene el orgasmo. Entonces llega Jane, alias la Rubia de Baltimore, huyendo de un tipo estilo Rudolph Rassendale que parece estar diciendo constantemente:
–Cásame con Jane o le pongo un tapón al culo de tu padre.
El Niño rescata a Jane y llevan a cabo la gran escena doméstica, van a Europa, al Continente Civilizado, pero el Niño descubre en seguida que el código de la jungla entra constantemente en conflicto con las ordenanzas lo–cales. Los polis dicen no puedes ir por ahí haciéndoles una doble llave nelson a los criminales y rompiéndoles el cuello aunque ellos te hayan atracado también tienen sus derechos civiles. La foto del Niño cuelga en las oficinas de correos y en las comisarías de policía y en las paredes por todas partes, es conocido como el Arquetipo Archie y por la policía de París como La Magnifique Merde..., 50.000 francos vivo o muerto. Con las cosas poniéndose calientes a su alrededor, el Niño y la rubia de Baltimore se vuelven a la casa en el árbol.
Entonces aparece La, conocida a veces como Sacrificio Sal, y más comúnmente como Margarita la Destripadora. Es la reina de Opar, gobernante de unos peludos hombrecillos que habitan la oculta colonia de la antigua Atlántida, al Niño siempre le han hecho tilín las ciudades perdidas. Así que el Niño rompe con Jane para ir a hacerle la rosca a La.
–Entonces vinieron esos jodidos árabes de nuevo y se llevaron a Jane, se la follaron en masa..., no ha valido una mierda desde entonces... me costó todas las joyas y todos los lingotes de oro que había mangado de Opar librarla de su gono, sífilis, pián. ladillas, piorrea disentería doble, recto reventado, uretra hendida, nariz desgarrada, orejas agujereadas, riñones magullados. ninfomanía, dependencia del hachís, y otras cosas demasiado desagradables como para mencionarlas...
Y entonces ahí llegaron los Señores de la Guerra que Terminará con Todas las Guerras, estilo 1914, y los jodidos hunos se llevaron a Jane..., con sus ojos de mantis religiosa brillando con lascivia insectoide. Como una negra y antiorgónica Weltanschauung horbigeriana, reciben órdenes de venusianos verdes que se mantienen telepáticamente en contacto con Von Hindenburg.
–Ja Wohl! –ladra el teniente Herrlipp von Dreckfinger a su coronel, Bombastus von Arschangst–. Yutilisarremos a esa de Baltimorre parra atrraphar al gottverdammerung Niño Podrrido de la Yungla ese pseudoarrio Oberanffenmensch, ¡y lo matarremos hasta que toda Áfrrica sea nuestrra! ;Bebhamos a la salud del Kaiserr y de la Familia Krrupp!
El Niño, que estaba fornicando de nuevo con La, la deja caer como un viejo yonqui dejaría caer sus pantalones a cambio de una buena picada de caballo, y sigue el rastro de los hunos, en el código de la jungla.
Frías burbujas orgónicas azules caen derivando del cielo vespertino, el sol en el ocaso es un ensangrentado tampax extendiendo hediondos tentáculos escarlata sobre la enorme bola de mierda que es la Tierra. La noche avanza como polis en su coche celular. Misteriosos sonidos de selva tropical: el rugir de Numa, los gruñidos como si estuvieran resfriados de los jabalíes salvajes, los gritos de ¡Rache! de los papagayos de plumas verdes y ojos amarillos como un viejo tipo narco estilo Panamá 1910.
Mana la sangre huna, los cuellos arios crujen como varillas de canela, el Niño apoya su pie en el culo de un teutón muerto y lanza el grito de victoria del mono macho, que hace cagarse de miedo incluso a Numa el Rey de las Bestias.
El Niño y su compañera viven de nuevo en la vieja casa del árbol, los chimpancés selacahc sol ed oroc led omtir la naejacrac es (*), Numa ruge, Sheeta la pantera tose como un viejo yonqui. Jane alias la Puta de Baltimore regaña, chilla, se lamenta de los mosquitos de las moscas tsé–tsé de las hormigas de las hienas y de todos esos arrogantes gomangani que se han instalado en el vecindario, están convirtiendo una jungla decente en una pura mierda en tres días, yo no tengo prejuicios raciales ya lo sabes algunos de mis mejores amigos son waziris, pero ya no me llevas nunca a cenar fuera, total Nairobi está solamente a mil quinientos kilómetros de distancia, allí al menos hay realmente algo que hacer por el amor de Dios y corte/
...los árboles derribados por las sierras mecánicas, los animales masacrados, los ríos polucionados bajando mierdas de todas clases con excrementos del grosor y el tamaño de serpientes, botellas de ginebra rotas, condones y todo tipo de otras cosas desechadas, detergentes, filtros de cigarrillos..., y los grandes monos embarcados a los zoos de los Estados Unidos, enviando telegramas: CLIMA CALIFORNIA DEL SUR Y PROGRAMA BIENESTAR SIMPLEMENTE FABULOSOS STOP NO PROBLEMA PARA LIGAR STOP CERCA DE TIJUANA STOP VAYA PRECIO LIBERTAD INDIVIDUALIDAD FILOSOFÍA EXISTENCIAL Y TODA ESA MIERDA STOP.
...Opar es una trampa para turistas, La controla todo el arte nativo Made–in–Japan y firma todas las concesiones y no puedes darte una vuelta por ningún lado sin tropezarte con el culo de un negro.
El progreso africano ha hundido realmente a Tarzán..., la voz de Jane y los ruidos de la jungla van amortiguándose como un cometa abandonando la Tierra para siempre en dirección a los fríos abismos interestelares...
El Niño ya nunca mueve un músculo mientras contempla el dedo gordo de su pie sin pensar en nada –¿no harían ustedes lo mismo?–, ni siquiera en el coño de La adornado con diamantes, va no quiere joder con ninguna mujer, ya no quiere joder en absoluto, se carga de caballo, pasa de todo, la parte inferior de su espina dorsal está a diez grados por debajo del cero absoluto como si se hallara en contacto directo con el Hombre del Oxígeno Líquido en Cabo Kennedv...
El Niño viaja con tan sólo billete de ida en el Expreso Hegeliano tesis antítesis síntesis, chupando las frías burbujas orgónicas azules y expeliendo el Eterno Absoluto...


(*) Aquí el viejo Ramaenrama Bruce montó la cinta al revés. (Volver)